Tengo una noticia, ¡un notición!


1 de Agosto, 
y mientras parece que el mundo se paraliza y que hasta los blogs dejan de escribir, aquí la tienen a una, retomando... (progresivamente queridos, no seré la newsletter del verano, ya me van conociendo...).
Pero es que hay noticias que ya deben ser oficiales tirando a oficilísimas, y aunque no me aguanto y lo cuento todo por twitter, por facebook, esto es como cerrar el contrato con el notario, que hasta que no tienes los papeles en la mano no va en serio, pues eso pasa, que hasta que no hiciese un post con las buenas nuevas parece que esto no queda firmado.
Acompañarme en el redoble de tambores... amigos... habemus local!

La historia de amor comenzó hace muchos muchos meses, cuando a una le quedan 100 jabones que empaquetar y son ya las 4 de la mañana necesita además de un café algo de motivación, ese es el momento justo donde se recorre todas las webs inmobiliarias en busca de ese local maravilloso que se ha prometido a si misma, y qué pondré aquí, y al otro lado, y como lo pintaré y qué haré, y si le dará el sol o no... y en una de estas allí estaba, maravilloso, con sus vigas, su patio de luces con arcos, y otro patio enorme... no era difícil pensar en enredaderas y hacer un jardín, y desayunar Earl Grey todas las mañanas con mi bata y un tocado de Lucía Be, y llenarlo de amigos y bizcochos recién hechos... todo muy idílico, por supuesto... (una se automotiva, ya saben, que si no tiene tiempo ahora para bizcochos, no les cuento ya la que me espera)... pero el cuento bonito se acaba en el precio... - Chechu, mira esto! - tu estás loca!... un poco si...
Mi amiga Laura dice que un mercedes no es tu primer coche, que nunca te lo compras a la primera, pues eso decía yo, yo y todo el mundo claro... -Nena, casi mejor algo discretito, aunque te pille lejos... pues en esas estábamos, buscando el local, aunque me pille lejos y tenga que hacer una reforma del 18, aunque tenga que hacer un mapa que parezca una secuencia de Indiana Jones, aunque no tenga ventanas, aunque sea feo, aunque, aunque, aunque...


Hasta que una de estas noches de cansancio acumulado vas y escribes un mail de amor eterno al local, contándole lo que te gusta, lo que le vas a cuidar, que está hecho para ti y tu para el, vamos que estás enamorada a mas no poder, y que a lo Romeo y Julieta, es una pena que seamos de diferentes clases sociales, (amado mío, para pagar tu renta hay que ser poco mas que duque) y que si el te dice ven (y baja el precio) que tu... lo dejas todo. Tal cual lo cuento.
 No se si a ustedes les pasa, a mi me pasa mucho, que cuando duermo poco llega un punto, el famoso punto... el punto en el que parece que me he tomado tantas sangrías como un guiri en Barcelona y voy anestésica perdida por el pasillo, debería de escribir posts a esas horas por que nada tiene desperdicio, algunos de mis mejores mails han salido con este método.



Al día siguiente recordé la noche anterior... ¡¿Paula que has hecho?!, prometo que me ponía colorada de solo pensarlo y hubiese andado en cuclillas en casa solo por la congoja de semejante mail, me imaginaba al de la inmobiliaria flipando en colorines cuando abriese el correo. No me equivocaba, así fue. No era para menos.
Aquí la crisis me ayudó amigos,  porque de otra manera no hubiese llamado nadie, aunque fuese solo por loca hubiesen pasado de mi, pero el teléfono sonó y yo con mi vergüenza confesé que ni aunque bajaran mucho, mucho, y le solté todo el rollo del local discretito (*leáse discretito = barato), y quedamos en que cuando empezara la búsqueda en serio volvía a ponerme en contacto...

Pasaron los meses, y a sabiendas de que lo de la búsqueda de locales va despacio... me puse las pilas. Y tal y como quedé (loca si, pero malqueda no), volví a llamar a la inmobiliaria. A la pregunta de qué necesitas yo respondí... un local precioso, grande, sin obras, con patio, con encanto, que no esté en una calle principal, que no va a estar abierto al público todos los días, si tiene vigas ya la leche, y en el casco antiguo que es mi zona favorita, claro... ah! y discretito! ($)... Las carcajadas no se intuían amigos, se oían. 
- Paula, me estás describiendo el local por el que me escribiste la primera vez
- ya... es que es mi local... el precio no, pero el local si
- bueno tu ven a verlo
- bueno, casi que mejor no lo veo
- bueno, tu ven a verlo
- bueno, pero a verlo solo


Me quería morir, ¿cuantas veces un local mejora sus fotos?, hasta lo que yo sé pasa muy pocas veces y esta fue una de ellas, todo lo que viese después sería infinitamente peor, pero después de las negociaciones aquello seguía sin ser "discretito". Tocó hacer muchos números, por supuesto, y dejarme de cartas de amor y sentar los pies en el suelo, y descubrir que por muchos números que hiciese el camino se hace andando, y la sorpresa del kinder no se ve hasta que te comes el huevo, así que aquí estamos, con un contrato debajo del brazo, 11 llaves mas en el bolso, mieditis para regalar y sin tiempo de ir a dar un par de saltitos con sus correspondientes gritititos, que es lo que toca después de tanto amor, pero bueno, habrá tiempo...
¡a partir de Octubre allí les espero... siéntanse como en su casa!

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